La tercera sinfonía de Beethoven está considerada como una obra revolucionaria. Presenta características que la distinguen de obras coetáneas y significó un hito en el desarrollo de la escritura sinfónica.
Miércoles 14 de marzo de 2018 | 19:30h
La tercera sinfonía de Beethoven está considerada como una obra revolucionaria. Presenta características que la distinguen de obras coetáneas y significó un hito en el desarrollo de la escritura sinfónica.
Albéniz/Rueda Iberia: Rondeña y Eritaña (arreglos de Rueda estreno mundial)
Rachmaninoff Concierto para piano núm. 2
Beethoven Sinfonía núm. 3 "Heroica"
La energía de Jaime Martín solo es comparable a la de Gabriela Montero, y viceversa. Dos fuerzas de la naturaleza musical, con la Orquestra de Cadaqués, nos ofrecerán un Rachmaninoff 2 que promete ser de disco (no en vano Gabriela Montero ha recibido un Grammy por la grabación de este concierto).
Abrirá el concierto la música de otro gran pianista compositor, Isaac Albéniz, en las instrumentaciones de Jesús Rueda de dos de las páginas más deslumbrantes, vivas y rítmicas de los cuadernos de Iberia.
En la segunda parte, una sinfonía en tiempos de revoluciones que también fue una completa revolución en la historia de la música. Una revolución que marcó un punto de inflexión que ha durado hasta Shostakóvich y que todavía no ha dejado de guiar la evolución del sinfonismo.
El sueño utópico que pregonaban los revolucionarios franceses cautivó a Beethoven para toda su vida. Los derroteros de la revolución, el fracaso personal y militar de Napoleón y el retorno del despotismo de las grandes monarquías europeas frenaron todo este impulso, pero en la música quedó intacto para siempre el sueño de una humanidad diferente en la que Beethoven siempre creyó.
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