El Concierto para violín Dvorák, es una página puramente romántica que a menudo pasa desapercibida entre los concierto para violín pero cuyo movimiento central está a la altura de otros más célebres como el de Bruch y Mendelssohn. Julia Fischer registró la obra del compositor bohemio en el año 2013 recibiendo grandes elogios de publicaciones como el New York Times que se refirió a la violinista alemana como “brillante y musicalmente perspicaz” o The Guardian: “Fischer se asegura de hacernos escuchar cada nota, interpretando cada compás con absoluta garantía técnica y un sonido brillante y sin fisuras”. El hecho de que Brahms tardase 14 años en completar la obra que escucharemos en la segunda parte de este concierto, porque sentía el peso de Beethoven sobre sus hombros; lo cierto es que esta página presenta una idea completamente nueva sobre lo que podía ser una sinfonía, algo que supone un logro magistral y la convirtió en una obra determinante la historia de la música.