Ibermúsica recibió el jueves 15 de febrero a los prestigiosos Balthasar Neumann Coro y Orquesta con su fundador y director Thomas Hengelbrock para interpretar una de las obras por excelencia de Johannes Brahms: Un réquiem alemán, op. 45. En los papeles solistas escuchamos a la soprano Eleanor Lyons y el barítono Domen Krizaj.
El exitoso concierto supuso el debut de Balthasar Neumann Orquesta en Ibermúsica, ya que tanto el Balthasar Neumann Coro como Thomas Hengelbrock ya actuaron en nuestras series en 1996 junto a las Freiburg Barockorchester. La cita formó parte de una gira que recalcó en Barcelona los días 13 y 14 de febrero, y en esta entrada recogemos algunas de las críticas de la prensa especializada.
<<La pregunta más obvia es si una formación de tamaño reducido como la orquesta y coro del ensemble Balthasar Neumann pueden sacar adelante una obra del calibre de Un réquiem alemán de Brahms, en un espacio de considerables dimensiones como el Auditorio Nacional de Madrid. Otros, escudados en el mandato historicista, han fracasado antes en intentos parecidos, pero Hengelbrock y sus músicos lograron superar la tarea con éxito. Y lo hicieron con una interpretación diferente a la ortodoxa tradición romántica, de monumentalidad limitada, pero intensamente empática y emotiva, acentuando los valores nucleares de la obra. (…) El conjunto mostró solidez técnica en coordinación, afinación y empaste tímbrico, pero, sobre todo, en el catálogo de emociones que fue capaz de desplegar por la sala. Los pianos con espíritu de lamento del movimiento inicial, las balsámicas medias voces del final, la agitación de los episodios fugados ilustrando sonoramente el desorden del espíritu, o la potencia sonora del temor de Dios son tan solo algunos ejemplos. La complicidad y camaradería musical se demostró en unos acentos precisos y, muy especialmente, en las dinámicas emergentes y decrecientes de los grupos vocales, excelentemente coordinadas en tiempo y sensibilidad expresiva. >> Platea
<< Expresa Ibermúsica en sus notas al programa -estupendas las de Arturo Reverter– que “Una profunda pasión por la música, una excepcional calidad artística y una alegría irreprimible por el canto. Esto es lo que representa el Coro Balthasar Neumann, fundado por Thomas Hengelbrock en 1991” y eso es efectivamente lo que demostraron en el Auditorio Nacional cantando “Un Requiem alemán”. Esta obra de Brahms tiene poco que ver con los réquiems de las misas católicas, pero ello no la priva de su sentido espiritual que es, eso sí, más cercano y humano >> Beckmesser
<< Se interpretó por primera vez en Ibermúsica una de las obras más conmovedoras y brillantes que cualquier mente humana haya sabido plasmar en una composición musical: el Réquiem Alemán de Johannes Brahms (…) Thomas Hengelbrock, cuya interpretación musical siempre está cargada de mucha visión contextual de cualquier repertorio que aborde (…) plasmó una de las interpretaciones más memorables, en conjunto de esta obra que yo haya jamás presenciado (…) debemos reseñar el vasto conocimiento que Hengelbrock demostró de esta magna pieza en su interpretación, y que sus dinámicas fueron acometidas desde una inteligente y orgánica visión, y llevadas a la práctica por una eficaz medida de sus gestos. Tan sólo alguien con mucha, mucha autoridad es obedecido por una economía tal en el gesto por toda una orquesta y coro sinfónicos de un modo tan inmediato y orgánico. Así, los pianos fueron verdaderamente pianos, los pianissismos, además de deliciosos, bellos y sencillos, nos dejaron boquiabiertos y extasiados, y en el otro extremo, los fortes y fortissimos fueron de una rotundidad suficiente pero que nunca llego a ser saturante ni excesiva (…) La afinación de los fragmentos a capella de este número fue absolutamente magistral, de un dominio absoluto de los balances sonoros, de la afinación y de la articulación milimétrica de las consonantes del texto por parte de todos y cada uno de los miembros del coro. (…) El fragmento final nos llevo a un clímax de completo éxtasis final, en donde la magia del silencio final fue muy bien contenida por Hengelbrock. Los bravos y aplausos fervorosos fueron la justa recompensa a esta modélica interpretación de uno de los monumentos sonoros de la Historia de la Música >> Ritmo
<< Lo mejor de la interpretación vino de la mano del coro (….) voces bien cohesionadas y seguras, capaz de muchos matices de gran belleza. Muy notables, aparte de los dos números iniciales, ya mencionados, la fuga que cierra el tercer número y el lírico canto del cuarto. Estupenda también la solemne fuga sobre las palabras Denn es wird die Posaune schallen, intensa y dibujada con la adecuada grandeza y solemnidad desde la batuta. Sobresaliente también el último número, planteado con acierto por Hengelbrock con un tránsito desde la tranquila solemnidad del principio hasta la serenidad de un final que, sin dejar la tristeza, transmite esperanza. Irreprochable la orquesta, de sonoridad cálida y bien empastada en todas sus secciones, y muy segura en las trompas, trompetas y trombones naturales (…) llegaron las ovaciones, particularmente calurosas, como casi siempre, para la contribución coral. Éxito grande para una buena interpretación de esta preciosa obra, que esperemos aparezca más veces en este ciclo >> Scherzo
Fotografías: Rafa Martín/Ibermúsica