Tras el éxito de su gira española en noviembre con la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks en sustitución de Zubin Mehta, Iván Fischer regresó el 16 de marzo a Ibermúsica al frente de la Budapest Festival Orchestra, de la que es fundador y director musical desde su puesta en marcha en 1983. La última actuación de la Budapest Festival Orchestra en Ibermúsica tuvo lugar hace 16 años, en mayo de 2007.
La agrupación húngara ofreció dos conciertos en nuestro país: el miércoles 15 en Alicante y el jueves 16 en Madrid. En ambas citas contaron con el solista Francesco Piemontesi, ganador del premio Queen Elisabeth en 2007 y colaborador de orquestas como la Berliner Philharmoniker, London Symphony Orchestra, Los Angeles Philharmonic Orchestra y directores como Vladimir Ashkenazy, Charles Dutoit o Zubin Mehta. En la que supuso su presentación en Ibermúsica, el solista suizo interpretaró el “Concierto para piano y orquesta en la menor, Op. 54” de Robert Schumann. La agrupación abrió el programa con los "Minutos sinfónicos" de Dohnányi, mientras Richard Strauss protagonizó la segunda parte con "Don Juan", partitura basada en el poema homónimo de Nikolaus Lenau, la “Danza de los siete velos”, pieza icónica de su ópera “Salomé”, y el poema sinfónico “Till Eulenspiegel, op.28” sobre las ‘alegres aventuras’ del singular personaje del folklore alemán. Los asistentes disfrutaron dos propinas: Preludios II: Fuegos artificiales, XII de Debussy por parte de Piemontesi y una Danza popular de Transilvania como cierre de la orquesta.
Recogemos en esta entrada algunas críticas de su paso por España.
<< La pieza que arrancaba el programa del nuevo concierto de Ibermúsica, los «Minutos sinfónicos, op. 36» de E. Dohnányi, puede representar ese pellizco de la memoria de muchos por la rusticidad de la arquitectura rítmica, la vocación subterránea por el baile y por la sublimación de un lenguaje que consiente en mirar a su tierra con algo más que cariño. La Orquesta del Festival de Budapest, que hacía bastante que no recalaba en Madrid, demostró ser el vehículo ideal para esta música de añoranzas, con una cuerda de empaste logrado, algunas secciones del viento-madera sobresalientes y una correcta lucha por el balance resuelta de manera natural por Iván Fischer. Fantásticas intervenciones del corno inglés en la «Rapsodia», el movimiento mejor dibujado. (…) [Don Juan] La juventud del personaje, desbordante e incontenible, tuvo su reflejo en la dirección rotunda de Fischer, atento a ese desmelene tímbrico para que la tormenta no acabara en imprecisión. Rendimiento más que notable de la cuerda, sin quedar descubierta en el infernal pasaje inicial que tantos quebraderos de cabeza da a los violinistas en las pruebas de acceso a las orquestas. Fischer presume habitualmente de su orquesta, contando que los músicos tienen espacio para su propia personalidad artística, que no es unívoca, con lo que la BFO tiene en sus filas músicos de jazz, cantantes de coro, instrumentistas historicistas y... un trío de música folclórica transilvana, protagonista de la deliciosa e inolvidable propina, con las cabezas del público acompañando ese aroma a música romaní y csárdás >> La Razón
<< La orquesta del Festival de Budapest ha crecido, de la mano de su fundador, hasta la elite de las orquestas internacionales. No es de extrañar, porque Hungría es un país de honda raigambre musical, cuyas escuelas gozan de bien ganado prestigio. Si a eso sumamos el carácter visionario, inquieto y emprendedor de su inteligente fundador y titular, un maestro de los mejores del actual panorama, la ecuación solo puede terminar con buen resultado (…) La formación reveló bien pronto su extraordinaria solidez. Cuerda empastada, de redonda sonoridad y excelente empaque, metales seguros, brillantes pero nunca estridentes, madera exquisita de sonido, matiz y claridad (…) [Piemontesi] es un pianista de medios técnicos sobresalientes, pero también intérprete de indudable personalidad y exquisita sensibilidad. Mostró todo ello en una excelente interpretación del Concierto de Schumann, dibujada con gran riqueza de contrastes, ya aparente desde el comienzo, tranquilamente cantado (…) como cabría esperar, encontró un gran éxito, y regaló otra muestra de su gran dimensión pianística: versión finamente dibujada, matizadísima, imaginativa, desde la exquisita delicadeza a la enérgica contundencia, del último Preludio del segundo libro de la colección de Debussy: Fuegos de artificio (…) El maestro húngaro es un sabio traductor de la magistral narrativa straussiana. Y lo confirmó una vez más (…) Como en noviembre, tres magníficas interpretaciones straussianas, con una orquesta de primera y un director de primerísima. Éxito enorme y merecidísimo (…) uno de los grandes conciertos de la temporada de Ibermúsica >> Scherzo
<< [Minutos sinfónicos] La Budapest Festival Orchestra demostró un estimable nivel con una cuerda empastada y tersa comandada por el que fuera tantos años concertino de la Filarmónica de Berlín, Guy Braunstein, y unas maderas de notable nivel. Para interpretar el Concierto para piano de Schumann, piedra miliar del repertorio, se convocó al suizo Francesco Piemontesi, que acreditó un sonido cuidado, limpio, bien calibrado (…) el arte de Piemontesi, siempre atento a los numerosos diálogos con la orquesta que contiene esta pieza, se fundamentó en su gran musicalidad, en un fraseo de gran gusto y delicadeza, así como el dominio de la digitación, con un virtuosismo de indiscutible destreza (…) [Don Juan] volvió a apreciarse el dominio por parte de Fischer de la pieza, su sentido de la construcción, que se inicia con esa introducción brillantísima, plena de energía, que expone apropiadamente la vitalidad y el empuje del joven Don Juan. Espléndida la intervención del concertino y del oboe, que delineó con primor y adecuado lirismo su hermosísimo tema. [Las travesuras de Till Eulenspiegel] Iván Fischer colocó a las trompas delante, el solista de clarinete se lució, así como toda la sección de maderas. También los metales y una cuerda que pudo presumir de empaste, brillo y empaque en una dirección fluida y variada de colores por parte de Fischer, que hizo justicia a este modelo de música programática >> Codalario
Fotografías: Budapest Festival Orchestra