El martes 28 de febrero y el miércoles 1 de marzo Ibermúsica celebró dos conciertos muy especiales con una de las agrupaciones más prestigiosas de Reino Unido: la London Philharmonic Orchestra. A la batuta disfrutamos el debut en nuestras series de su director titular Edward Gardner. En su primera velada interpretaron la “Sinfonía núm. 7” de Dvořák y una de las obras cumbre de Elgar: las “Variaciones sobre un tema original para orquesta, op. 36”, comúnmente conocidas como “Variaciones enigma”. Para el segundo programa (que ofrecieron el 1 de marzo en Madrid y también el 2 de marzo en Zaragoza), contaron con Leif Ove Andsnes como solista invitado. Especialmente apreciado por sus interpretaciones de la obra de Edvard Grieg, el pianista noruego tocó el único concierto para su instrumento del célebre autor, el “Concierto para piano y orquesta en la menor, op. 16”. El programa se abrió con la pieza “Sudden Time” de George Benjamin y concluyó con las “Danzas sinfónicas, op. 45” de Rachmaninoff, última obra mayor del compositor ruso.
Los asistentes disfrutaron de tres propinas en estos dos conciertos: la Danza húngara en Sol menor Núm. 5 de Brahms el martes 28 y, el miércoles 1, Imágenes musicales poéticas, Op.85, VII. Furiant de Dvořák, por Leif Ove Andsnes y la Suite Lírica, III: Notturno de Grieg por la London Philharmonic Orchestra.
Estas son algunas de las críticas recogidas en prensa:
<< Si las Enigma eclipsaron a Dvorák, no es solo porque esta música deje un hermoso recuerdo en el oyente, fue porque pocas veces podrá escucharse con tal plasticidad y elegancia, conocimiento y detalle, involucración y sabiduría. Es un ADN Elgar que sale a relucir en cada “variación”, hasta en un Nimrod que erizó el vello y que silenció de emoción todo el Auditorio >> Ritmo
<< [Variaciones enigma] (cuarta variación) Tanto este movimiento como el Troyte fueron eléctricos, precisos, potentes. Se empezaba a cargar de tensión el auditorio con una dirección clara: llegar al Nimrod. Bravo por Gardner por crear esta suerte de gran fraseo con una obra que un director novel pudiera estar tentado de seccionar. No fue el caso de Gardner, no con Elgar. Durante ocho variaciones acumuló una tensión que se desató al comenzar esa armonía que detiene el tiempo en la novena variación y, mientras sumerge al oyente en una suerte de limbo temporal, va fraguando un tutti que hace despertar al público en un mar de emoción y romanticismo sobre el que, esta vez sí, Gardner demostró tener todo el control (…) la ejecución de las dinámicas fue absolutamente precisa en la Romanza y el Finale estuvo marcato y con unas maderas compactas y con un buen sonido de sección >> Bachtrack
<< Gardner es director de sólida formación y oficio, gesto claro y elegante, atento y sensible, constructor siempre de un discurso fluido y bien elaborado (…) Andsnes confirmó lo ya apreciado otras veces: es un pianista de técnica magnífica, poseedor de una sonoridad bella, redonda y de ancha dinámica, preciso y ágil en el mecanismo, y criterio musical que ha ganado con los años en hondura y sensibilidad, ahora traducidos en un discurso de gran belleza y de solidez incuestionable. Tuvo impactante energía su brillante comienzo, decidido impulso el primer motivo y envidiable aliento lírico el segundo (...) Manejando con acierto la agógica, el noruego despachó con insultante perfección y facilidad la nada fácil demanda de virtuosismo del primer tiempo, culminada en una cadencia precisa, poderosa (tremendas e impecables, fulgurantes octavas) pero dibujada también con una elegancia sobresaliente, y coronada en una coda final de apabullante poderío. Presentó Andsnes un discurso fluido, lleno de poesía (...) Pianismo de primerísima clase, sin la menor duda >> Scherzo
<< Es un director pausado, sereno, elegante, que sigue la tradición inglesa y que en determinados momentos muestra una agilidad felina en busca de la expresión (…) Deja fluir la música sin prisas, de manera muy natural con movimientos de una bella cabeza (…) Lo pudimos apreciar en la diáfana interpretación de las “Variaciones Enigma” de Elgar. Desde la exposición de los dos temas base advertimos su cuidada manera de respirar. Gracia en la segunda variación, Allegro; elegancia en la quinta, Moderato; agitación controlada en la séptima, Presto; estupenda gradación dinámica en la famosa sexta, “Nimrod”; variadas dinámicas en la duodécima, Andante, con magnífico solo de chelo. Planos bien medidos y notable impulso rítmico en el explosivo Finale. En la primera parte escuchamos una bien construida versión de la “Séptima” de Dvorák, que fue llevada sin excesos en busca de un crecimiento progresivo (…) Fue apabullante la interpretación de Leif Ove Andsnes de un Concierto tan afín a él, que es noruego, como el de Grieg. Variedad de ataques, digitación impoluta, expresión profunda, vigor esencial, dinámicas amplísimas, octavas seguras y rotundas; y fraseo sobrio pero expresivo y hondo. (…) Tres buenos retratos llenos de contrastes, de detalles orquestales que van de lo refinado a lo vigoroso, contrastadas, de un sinfonismo pleno y robusto >> La Razón
Fotografías: Rafa Martín/Ibemúsica