La Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks (Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera), considerada como una de las mejores orquestas del mundo, regresó a España con Ibermúsica a finales de noviembre para ofrecer una extensa gira por las ciudades de Valencia, Barcelona, Zaragoza y Madrid. Para esta visita tan especial con el maestro húngaro Iván Fischer como director, la agrupación ofreció dos grandes programas: el público de Valencia, Barcelona y el Auditorio Nacional de Música de Madrid disfrutaron la Sinfonía concertante de Haydn y la Sinfonía núm. 5 de Mahler, mientras Zaragoza y el Teatro Real de Madrid contaron con un programa monográfico dedicado a Richard Strauss con su Don Juan, op. 20, las Cuatro últimas canciones y Así habló Zaratustra op. 30 con la soprano Camilla Nylund.
Estas son algunas de las críticas recogidas por la prensa especializada.
<<La Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera pasó por encima de todo y cada instante fue moldeado con una belleza arrebatadora (…) esta versión de Haydn, nos encandiló. Pocos atriles, neto sonido camerístico, una dirección parca en indicaciones, como dejando libre el aliento, aunque en el fondo todo controlado, con un pulso elástico y elegante. Y un cuarteto solista de lujo, comunicativo, dialogante, respetuoso, exquisitamente frágil, delicadamente poderoso (…) Íbamos por Mahler, sí, sobre todo por Mahler, pero antes de que nos lo encontráramos ya habíamos sido conquistados (…) confieso que solté mis primeras lágrimas ya apenas concluida la introducción. ¡Con qué serenidad y con cuánta sensualidad se estaba contando aquello tan tremendo! ¡Cómo parecía suspenderse el tiempo y avanzar a la vez! Casi se estaba solicitando que interviniéramos con exclamaciones como si de un góspel se tratara. Y ya no hubo descanso emocional ni paz para los sentidos hasta la coda del final (…) nos encontramos una orquesta bastante joven, versátil, unificada, de excelentes músicos al servicio de la música. Y nos congraciamos con el presente y con la esperanza en el futuro>> Mundoclásico
<<BCN Clàssics lo volvió a conseguir: llenar el Palau de la Música Catalana de arte con mayúsculas, consiguiendo una velada memorable (…) El maestro, de amplia relación con el conjunto alemán, consiguió un trabajo más que sobresaliente, emocionando ampliamente con las dos obras del programa (…) demostró su sapiencia y su talento con una versión esculpida al detalle, un inteligente planteamiento de las dinámicas (con 'crescendi' sorprendentes) consiguiendo un segundo movimiento sencillamente espectacular. Su 'Adagietto' fue todo un poema y su 'Scherzo' sonó incluso elegante, todo ello gracias a unos músicos extraordinarios que, desde todas las familias, derrochaban poderío. Un concierto para el recuerdo>> El Periódico
<<Ibermúsica volvió por una noche al Teatro Real (…) Lo hizo con una de esas apuestas aderezadas con unos ingredientes que no pueden fallar: un programa precioso, una orquesta de excepción, un director de los mejores del planeta y una soprano estupenda. La apuesta salió tal como se esperaba: redonda. (…) Nylund evidenció una voz de caudal sobrado, emisión segurísima y matices exquisitos (…) sea cual sea la tendencia preferida, es innegable que Nylund dibujó ayer una interpretación sobresaliente de esta música magistral, porque la suya estuvo cargada de lo que justamente abunda en esas cuatro canciones: emoción (…) Lo que escuchamos fue un Strauss de contagiosa y bellísima intensidad. La orquesta brilló en todas y cada una de sus familias (…) En suma, una maravilla>> Scherzo
<<Bastó el arranque de Don Juan para convencernos de que íbamos a escuchar un concierto excepcional (…) El director húngaro aseguró una versión rigurosa y rutilante de la obra, en el estilo de Swarowsky, pero sin renunciar a lo narrativo y lo pictórico (…) Nylund mostró sus credenciales de especialista en Strauss en una versión irreprochable de las cuatro canciones (…) El esplendor primaveral que se añora desde la madurez, en Frühling, pasó como un bello suspiro. En September escuchamos detalles exquisitos, como esas figuraciones en las flautas que representan el caer de las hojas doradas de las acacias. Nylund dio voz a ese canto otoñal, aunque lo mejor lo escuchamos al final, con el maravilloso solo en pianísimo del trompista Carsten Carey Duffin (…) lo más destacado del concierto llegó en la segunda parte con Así habló Zaratustra (…) Fischer elevó dando vida a los infinitos detalles de la partitura dentro de un relato perfectamente cohesionado de los ocho números de la obra, que se corresponden con ocho discursos de este profeta del Übermensch>>El País
<<Fischer presentó sus credenciales con un brillante Don Juan, en el que las trompas de la orquesta con las que se inicia la obra fueron una buena muestra de su impecable y poderoso sonido, haciendo frente a tan arriesgado comienzo con pasmosa seguridad, para que posteriormente, en las partes líricas encomendadas a la cuerda, brillase con delicada intensidad.(…) una deslumbrante lectura de Así habló Zaratustra, en la que, de nuevo, supo conjugar la opulencia orquestal con la delicadeza extrema de los momentos más íntimos, logrando un rendimiento del metal y la cuerda del más alto nivel, dominando con idéntico acierto los vibrantes fortísimos y los exquisitos pianos>> Ritmo
<<La gloriosa orquesta quiso demostrar en la primera parte del evento, que también puede brillar en el más puro clasicismo de Haydn e incluso en el barroco. Primorosa, una pura delicatessen de refinamiento tímbrico y pureza estilística resultó la interpretación de la hermosa sinfonía concertante de Joseph Haydn (…) Fischer demostró un aquilatado magisterio, una clarividente sabiduría, en una interpretación memorable, que lo tuvo todo. Al sonido resplandeciente, pleno de colores y de primoroso refinamiento tímbrico de la gloriosa orquesta de la Radio de Baviera se unió el profundo sentido de la construcción, fruto de una acrisolada técnica, de Fischer. La batuta de gesto preciso, clarísimo, elegante y sin aspavientos del músico húngaro evidenció una pasmosa capacidad para diferenciar y equilibrar los planos orquestales (…) Música con mayúsculas. La batuta del maestro húngaro y la gloriosa orquesta culminaron edificio tan fascinantemente construido con un brillantísimo y rutilante último movimiento. Un estruendo de ovaciones del público saludó el final de tal inolvidable interpretación. Vítores a modo de catarsis, pues uno quedó como aturdido y con una conmoción que deja huella para mucho tiempo>> Codalario
<<Desde el inicio de la 'Trauermarsch', con la trompeta solista a la que se añaden primero seis trompas y después el resto de la orquesta para dibujar un frontispicio sonoro inigualable, se supo que iba a ser una interpretación memorable. Fischer jugó con sabiduría en el imbricado tejido de la orquestación mahleriana, que va de lo solístico a lo camerístico y la gran masa orquestal sin solución de continuidad (…) condujo magistralmente una partitura endiablada que requiere precisión y, sobre todo, dominio en la preparación y la gestión de los clímax y anticlímax que su peculiar retórica requiere. El célebre 'Adagietto' transmitió toda lo etéreo que Mahler introdujo en apenas cuatro páginas en las que un sonido extático hace que el tiempo se detenga antes de emprender la ascensión al 'Rondo' final. Dando riendo suelta a los decibelios, pero solo en los momentos oportunos, Fischer y la orquesta arrancaron una vigorosa ovación del público>> ABC
(c) BR,Astrid Ackermann