El pasado martes 19 de abril la emblemática Philharmonia volvía a los escenarios madrileños. La agrupación, que ha visitado Ibermúsica en 23 ocasiones ofreciendo más de 90 conciertos en gira por la geografía española y portuguesa, regresaba de la mano de su nuevo director titular, Santtu-Matias Rouvali (que debutaba en las series de Madrid), y una solista invitada de lujo: Nicola Benedetti, que ofreció una espléndida versión del Concierto para violín en Re Mayor, op.61 de Beethoven y terminó su actuación con un popurrí de melodías escocesas en su propio arreglo. En la segunda parte del concierto, Philharmonia Orchestra interpretó la Sinfonía núm. 5 de Chaikovski.
Madrid fue la primera parada de una gira española que les llevó a Zaragoza y a Barcelona el miércoles 20 y el jueves 21 de abril. Recogemos en esta entrada algunas de las impresiones de la crítica especializada sobre sus conciertos en nuestro país.
<< Es una orquesta mayor, en toda la dimensión del adjetivo. Soltura, versatilidad, calidad, empaste, son algunas de las características que definen a la Philharmonia, que muestra en cada visita a los ciclos de Ibermúsica su gran clase como una de las orquestas top ten del mundo. En esta ocasión, tanto director como solista eran insultantemente jóvenes y dispuestos. Dos talentos de su generación que no están ahí por casualidad. (…) Rouvali, que se mueve con la soltura de un elegante bailarín sobre el podio. (…) [Benedetti] rara vez comete un error o toma una mala decisión; todo le suena coherente y en su sitio, y tratándose de una obra peliaguda como esta, es todo un logro para un solista >> Gonzalo Pérez Chamorro, Ritmo
<<Su arco atacó con decisión y delicadeza el compás ochenta y nueve. Nicola Benedetti ascendió con impulso la sucesión vertiginosa de semicorcheas en intervalos de octava que abren la partitura del solista en el ‘Concierto para violín y orquesta’, de Beethoven (…) tañendo su Gariel Stradivarius de 1717, superó con general soltura toda la maraña de dificultades técnicas, dobles cuerdas, trinos y armónicos convirtiéndolos en arte sublimado>> Luis Alfonso Bes, Heraldo
<< La primera orquesta inglesa que llega al ciclo de Ibermúsica tras la pandemia ha sido la Philharmonia, una excelente agrupación que, para muchos, es de hecho la mejor entre las inglesas. (…) Lo más destacable fueron en esta ocasión y por este orden la formidable prestación de la Philharmonia, la prometedora juventud de Nicola Benedetti y Santtu-Matias Rouvali, el muy popular programa y la inclusión de una peculiar cadencia en el primer tiempo del “Concierto para violín y orquesta” beethoveniano. (…) Nicola Benedetti (…) Mostró un sonido precioso y expresivo, un punto más delicado de lo conveniente para este engañoso Beethoven, aunque con caudal suficiente >> Gonzalo Alonso, Beckmesser
Créditos: Rafa Martín/Ibermúsica
<< [Benedetti] Registro central cálido aterciopelado, franja aguda brillantísima y luminosa y volumen generoso guiados por una enorme personalidad que se sustenta en un fraseo amplio, elocuente y variado. La originalísima cadenza con acompañamiento de timbal interpretada por la Benedetti, simbolizó a la perfección esa personalidad y carácter singular de la violinista (…) completó un magnífico segundo movimiento, en el que imprimió altos vuelos a la melodía y fraseó con pleno lirismo y profusión de detalles, siempre expresiva y con hondo poder de comunicación. El tercer movimiento demostró la combinación de dominio virtuosístico, garra, cárácter y calidad de sonido que garantiza esta magnífica violinista, que ofreció como propina, anunciada por ella misma, «un regalo de Escocia». Un popourri de melodías populares de su tierra arregladas por ella misma e interpretado con ese sonido tan cálido como mórbido combinado con un primoroso tono melancólico y evocador. >> Raúl Chamorro Mena, Codalario
<< Dos artistas jóvenes, una orquesta vieja y dos piezas del gran repertorio, dos "clásicos populares". El resultado fue óptimo, casi memorable. La Philharmonia de hoy suena bien, muy bien (…) un gran sonido, con una cuerda buena, sólida y unas maderas dulces y equilibradas. (…) El hecho más destacable del concierto se manifestó en las versiones renovadas, vivas y llenas de interés que la vieja orquesta y los dos artistas jóvenes quisieron hacer de dos piezas del gran repertorio (…) Benedetti hizo "cantar" su Stradivarius y los temas y las melodías parecían provenir de una voz humana, la orquesta la seguía y apretaba el sonido de manera prodigiosa. (…) Rouvali transmite con claridad sus intenciones, tanto a los músicos que tiene por delante como al público que tiene detrás. Es de esos directores que guía también al oyente y le explica qué debe escuchar en cada momento >> Xavier Pujol, Revista Musical Catalana
<< Maneja Benedetti una dinámica ancha y un discurso coherente, planteado con personalidad, nervio y atrevimiento (…) la escocesa cantó con gusto y acierto, conectando perfectamente con un Rouvali que presentó un acompañamiento también intenso, contrastado, minucioso en los reguladores y enérgico en los acentos, también ancho en la dinámica y acusado en los contrastes. La música tuvo en manos de ambos la intensidad que uno espera en Beethoven (…) El éxito de la brillante interpretación fue grande y Benedetti regaló una adaptación propia (y deliciosa) de melodías populares escocesas. Rouvali (…) es un director de enorme talento y mucha personalidad. Su mando es preciso, con una batuta que se mueve ágil y clara, sin exceso de aspavientos, pero con energía y nitidez en la indicación. Tiene ideas clarísimas sobre lo que quiere hacer y cómo conseguirlo (…) Excelente concierto, en fin, con dos artistas coetáneos de gran personalidad, autores de interpretaciones sobresalientes. >> Rafael Ortega Basagoiti, Scherzo
Créditos: Rafa Martín/Ibermúsica