El pasado 1 de diciembre tuvo lugar en el Auditorio Nacional de Música el tercer concierto de la Serie Barbieri de la temporada 21/22 con la Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin, también conocida como Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (RSB). Al frente de la formación se encontró su director titular desde 2017, Vladimir Jurowski, y como solista les acompañó en el escenario el brillante Leonidas Kavakos. En esta primera visita de la agrupación germana a los ciclos de Ibermúsica, la RSB ofreció un programa integrado por Mozart y su Obertura Don Giovanni, el Concierto para violín en Re Mayor de Brahms y la Sinfonía Nº 9 en do mayor D. 944 ("La Grande") de Schubert (puedes consultar el programa en este enlace). Recopilamos en este espacio algunas de las críticas de la velada.

Créditos: Peter Meisel / RSB

<< La enérgica dirección de Jurowski, quien imprimió al esquema sonoro una adecuada energía, fluidez y dirección desde el primer instante, estuvo determinado, de la misma manera, por la ejecución impecable de una formación completamente conectada, con gran riqueza tanto en sus matices como en sus planos sonoros y dinámicos, con una adecuación perfectamente estructurada entre los solistas de viento y con una energía que tuvo su apoteósica culminación en un cuarto movimiento brillante (…) El público ovacionó de manera activa la pasional interpretación de una composición realmente extensa, exigente y demandante, en la que el transcurso de las páginas no pareció hacer disminuir, o hacer perder en ningún momento, la naturalidad, la facilidad y la complicidad que durante toda la velada compartió este formidable combinado >> A. Martín, Ritmo

 

<< Kavakos nos ha dejado boquiabiertos de manera reiterada en conciertos y recitales con el sonido extraordinario que extrae de su Stradivarius “Willemotte” de 1734 (…) El espigado violinista griego causó, una vez más, sensación, y confirmó su excelsa categoría firmando una interpretación sensacional. El sonido nos gana por una belleza exquisita en toda la gama dinámica, anchísima y magníficamente manejada, capaz de desplegar un colorido de una riqueza asombrosa (…) Las dificultades técnicas, ya desde la misma entrada, peligrosa donde las haya, fueron despachadas con la proverbial aparente facilidad de quien las afronta con una suficiencia sorprendente. Toda esa perfección técnica y belleza sonora quedan al servicio de un discurso musical intenso, elegante, fiel al mundo romántico que retrata, capaz de recrear con igual acierto los rotundos pasajes de acordes o dobles cuerdas y las frases donde el canto nos llega con una delicadeza sublime (…) Una interpretación, sin duda, para el recuerdo. >> R. Ortega, Scherzo

 

<< Kavakos hizo gala de un sonido redondo, vibrante y aterciopelado; que junto a una técnica impecable hizo las delicias de cuantos estábamos allí reunidos. El griego hacía parecer fácil un concierto que está situado entre los grandes del repertorio. La gama dinámica se dibujó desde los más potentes fortes a los pianissimos más livianos, todo ello ayudado también por el magnífico Stradivaius Willemotte que porta el violinista griego y aprovecha hasta el límite >> E. Jiménez, RI Clásica

 

<< Excelente técnica, perfecta afinación, hermoso y amplio sonido de su Stradivarius “Willemotte”, atento en las dinámicas y tan seguro en los fortes como en los pianos (…) Un excelente violinista, como volvió a dejar claro en la propina bachiana. Eso lo tuvo tan claro el director Jurowski como para dejar que fuese él quien llevase la batuta en términos prácticos.
(…) Un gran éxito ante un auditorio prácticamente lleno >> G. Alonso, Beckmesser

 

<< Sus primeros acordes acompañados del redoble de timbal hicieron retumbar el auditorio, sirviendo como estruendoso preludio del torrente musical que estaba a punto de arroyar a un auditorio repleto. Jurowski supo marcar bien los cambios de tempo, los acentos y las síncopas para lograr una obertura divertida y potente (…) Kavakos (…) supo sonar grande incluso en los pianissimo, subiendo a unos agudos al límite del registro del violín a los que supo sacar un timbre claro y un sonido potente capaz de llegar hasta las butacas más altas del auditorio con una nitidez absoluta. A ello se debe añadir el magistral uso de la línea melódica que hace el violinista ateniense, capaz de alargarla sin que afecte ni por un instante el movimiento del arco o las dificultades técnicas que Brahms cargó a la mano izquierda (…) ‘La grande’ de Schubert puso la guinda a una velada de intensa música germánica. No solo en el aspecto rítmico consiguió mover Jurowski a la orquesta como un único instrumento, sino que también las dinámicas y especialmente los reguladores se realizaron de forma compacta. En general la sinfonía sonó con gran naturalidad y potencia (…) la orquesta supo moverse como si las melodías fueran una suave brisa de verano que mece la copa de los árboles >> D. Santana, Bachtrack

Créditos: Peter Meisel / RSB