El pasado martes 1 de octubre vivimos una velada muy especial con una brillante Filarmónica de Viena capitaneada por el maestro Daniele Gatti. Tras disfrutar la música de de Stravinski y Shostakóvich con "Apollon Musagète" y la "Sinfonía núm. 10", la agrupación hizo vibrar a un Auditorio Nacional al completo con la "Danza húngara núm. 5" de Brahms como propina. ¡Un concierto inolvidable!

 Estas son algunas de las críticas publicadas en la prensa especializada:

<< Brillantísima apertura del ciclo Ibermúsica 2024-25 -siempre admirable, pero que esta temporada se presenta especialmente sugestivo- con una de las orquestas más excelsas y prestigiosas del mundo (…) la orquesta recogió su habitual sonido suntuoso en un bellísimo, transparente y luminoso delicatessen camerístico. Seda pura, prodigioso refinamiento tímbrico, entre los que emergió el magnífico violín de la concertino Albena Danailova, espléndida en todas sus intervenciones. Gatti, de gesto claro, pero sobrio, organizó y planteó dinámicas con los innegociables equilibrio y proporciones. [Sinfonía núm. 10] La Filarmónica de Viena ya en amplia formación lució en todo su esplendor su suntuoso y singular sonido. Vigoroso, compacto, plateado, de gran pulimiento tímbrico con una cuerda empastadísima, brillante, tersa, unas maderas sobresalientes y unos metales espléndidos, segurísimos >> Codalario

<< La progresiva incorporación de los vientos nos hizo admirar las cualidades de cada uno de ellos, especialmente en aquellos momentos en que sus tesituras se extreman, como los graves de la flauta o los agudos de las trompas. Realmente fabuloso el trabajo de los fagotes y el contrafagot (…) Demostración absoluta de poderío, de exactitud técnica y de “exhibición” orquestal (en el mejor sentido de la palabra) en el Allegro absolutamente frenético (…) Sin duda, una excelente prestación de la Wiener Philarmoniker y un alarde absoluto de lo que es una grandísima orquesta >> Vozpópuli

<< Que la Orquesta Filarmónica de Viena es una formación de categoría más allá de lo excepcional es algo que, parafraseando al añorado José Luis Pérez de Arteaga, saben hasta los guardianes de los remotos parques naturales de la lejana Australia (…) No puede uno extrañarse de que la altísima exigencia que conlleva estar en esa orquesta de como resultado un sonido de una calidad simplemente excepcional (…) una demoledora demostración de la magnífica categoría de esta orquesta. El éxito fue, como cabía esperar, grandísimo. Gatti regaló una versión entusiasta, estupendamente tocada, aunque de trazo un tanto grueso, de la quinta Danza húngara de Brahms. Un estupendo concierto, en suma, para abrir, de la mejor manera, una temporada de Ibermúsica que se antoja del mayor interés >> Scherzo