Ibermúsica ha clausurado su temporada 23/24 por todo lo alto los días 4 y 5 de junio con una de las agrupaciones más aclamadas de Estados Unidos: la Dallas Symphony Orchestra.
Con la dirección de su titular Fabio Luisi, el martes 4 ofrecieron el "Concierto para violín y orquesta op. 64" de Mendelssohn en manos del canadiense James Ehnes (ganador de 11 premios Juno, dos Grammy y un premio Gramophone). Completaron la velada con una obra emblemática del repertorio sinfónico: la “Patética” de Chaikovski. James Ehnes ofreció como propinas la "Sonata para violín en Re menor, Op. 27, No. 3", "Balada" de Eugène Ysaye y el segundo movimiento, Largo, de la "Sonata para violín solo núm. 3 en Do Mayor, BWV 1005" de Bach, mientras la orquesta cerró con Obertura de "Ruslan y Ludmila" de Glinka.
Chaikovski también fue el protagonista del miércoles 5 con su célebre "Sinfonía núm. 5". Previamente, abrieron el concierto de clausura de temporada con el estreno en Madrid de la pieza orquestal "What keeps me awake" de Angelica Negrón y, junto al barítono Thomas Hampson (ganador de premios Grammy, Edison y Grand Prix du Disque), ofrecieron las "Cuatro canciones de Walt Whitman" de Weill, basadas en los poemas patrióticos del autor estadounidense. En cuanto a las propinas, con Thomas Hampson disfrutamos marcando el pulso de “Tis the Gift to Be Simple” de Elder Joseph Brackett y, en la segunda parte, vibramos de nuevo con la Obertura de "Ruslan y Ludmila" de Glinka.
La clausura de temporada de Ibermúsica fue protagonista en el informativo de canal 24h de TVE. Además, estas son algunas de las críticas recibidas en la prensa especializada.
<<El maestro italiano basó sendas partes de la noche en la construcción del sonido. En su génesis, en ese momento mágico en el que cada atmósfera cobra cuerpo. En cómo surge la belleza, se transforma y, por último, se apaga, a través de la música y el silencio. Que lo uno siempre ha de ser lo otro y viceversa. Así, quedó patente en una Sexta sinfonía de Piotr I. Tchaikovsky donde cobró especial relevancia tanto el arranque de la misma como su última disolución, siempre sobre una soberbia sección de contrabajos, exponiendo no sólo lo escrito, sino lo idealizado sobre los últimos momentos del compositor, que coincidieron con la escritura de esta soberbia partitura. Entre tanto, formación y director elevaron una efusiva lectura, con poso, con densidad, donde brilló el clarinete y el lirismo de una cuerda encendida, siempre ponderada hacia la gradual consecución del todo como obra completa>> Platea Magazine
<<Lució Ehnes un sonido de gran belleza, lleno, con envidiable presencia, ancha dinámica, exquisita afinación y con un vibrato que, aunque de generoso recorrido, nunca distorsionaba ni afeaba la entonación. Envidiable su mano izquierda en cuanto a la articulación, y también la derecha, que gobernó un arco siempre ágil y preciso. Ambas cualidades presentes de forma especial en los movimientos extremos, con una brillantísima cadencia del primer movimiento y un fulgurante tramo último del mismo, y con un vibrante, jubiloso cierre del allegro molto vivace final. En medio, el canadiense sacó lo mejor de su elegancia cantable en el delicioso andante central, con una impecable lectura del pasaje con dobles cuerdas. Luisi, siempre sin batuta, ofreció un acompañamiento con nervio, pero cuidado en el ajuste y equilibrio con el solista. El éxito, como cabía esperar dada la estupenda interpretación de Ehnes, fue muy grande>> Scherzo
<<Este conjunto sinfónico norteamericano se muestra en buena forma. Aparece bien ensamblado, compacto, equilibrado y poderoso (…) [Luisi] Es un maestro solvente, de sólidos conceptos, de gesto claro y bien dibujado, ahora sin batuta, de controlado temperamento y de convincentes planteamientos expresivos. Mide, subdivide y subraya, gesticula elegantemente, con amplitud de braceo y constante entrega (…) [Quinta] elegantemente expuesta sin dejar de lado la potencia, el brusco movimiento. Excelentemente expuesto el inicio del Andante cantabile donde se lució el primer trompa, Daniel Hawkins>> La Razón
<< Brillante cierre de la temporada 2023-24 de Ibermúsica con la visita de la Sinfónica de Dallas (…) Luisi expuso la emblemática Patética con gesto preciso, sin batuta, mando firme, sin aspavientos, y clarividente sentido organizativo. Después del lóbrego comienzo, batuta y orquesta delinearon con el intenso lirismo y la cantabilità propia de un director italiano, la inspiradísima melodía central del primer movimiento, además de preparar convenientemente, con el debido efecto y contraste, el estallido orquestal con el que comienza la sección de desarrollo. El segundo movimiento surgió con la innegociable gracia y ligereza, el vals con todo su sentido danzable, tributario de los ballets del gran músico ruso. Magnífica prestación de las maderas. La espectacularidad del tercer movimiento resultó sabiamente graduada por Luisi con una marcha, ampulosa, vibrante, pero sin cruzar nunca la línea del exceso y que en inexorable y bien administrado crescendo culminó en apoteósica punta. Tanto, que parte del público prorrumpió en aplausos. La capacidad para contrastar cada movimiento por parte del director genovés encontró su cúspide y remate en el desolador cuarto, en el que emerge conmovedora el alma desgarrada de Tchaikovsky >> Codalario
Fotografías: Rafa Martín / Ibermúsica