Beethoven Sinfonía núm. 1
Mahler Sinfonía núm. 1 “Titán”
Cuando Mahler estrenó su primera sinfonía en 1889 el público todavía percibía su figura como la de un director que escribía música más que un compositor propiamente dicho. La versión original de esta obra contaba con cinco movimientos, fue concebido en forma de poema sinfónico y su acogida no fue nada complaciente, así que, a lo largo de los años, realizó distintas revisiones hasta encontrar su forma definitiva, entre otras modificaciones, eliminando uno de sus movimientos. Hoy en día, la Sinfonía núm. 1 “Titán” (sobrenombre inicial en referencia a la novela de Jean Paul Richter que también eliminó en sus revisiones) es un clásico indiscutible en las programaciones sinfónicas de todo el mundo, una de sus obras más interpretadas y admiradas y que en esta ocasión escucharemos con la Filarmonica della Scala y el insigne Riccardo Chailly a la dirección.
Y antes, otra joya sinfónica, la Sinfonía núm. 4, op. 90 de Mendelssohn, obra conocida como la “italiana”. Y es que viajar por el mundo en busca de fuentes de inspiración ha sido una práctica común a los artistas de todas las épocas y Felix Mendelssohn dejó una huella muy palpable de sus andanzas por Europa en su catálogo. En este caso se inspiró en el color y la atmósfera de Italia. Mientras que el segundo movimiento se basa en las impresiones de una procesión religiosa que el compositor presenció en Nápoles, el cuarto, incorpora figuraciones de danza con tintes de un saltarelo romano y una tarantela napolitana.