Brahms Concierto para violín
Chaikovski Sinfonía núm. 4
Considerada como una de las formaciones orquestales más impactantes e intensas del panorama actual, La Filarmónica de San Petersburgo nos visita con dos obras muy significativas del corpus compositivo. En esta ocasión vendrá acompañada, del brillante violinista Serguei Dogadin, habitual solista de las mejores orquestas.
La Filarmónica de San Petersburgo, el más antiguo conjunto sinfónico de Rusia, se fundó en 1882 en la Orden del zar Alejandro III con la denominación de “Coro Musical Imperial”. No fue hasta 1917 cuando la orquesta se convirtió en la Orquesta del Estado, la primera de su género en el país. Desde entonces no ha parado de acumular reconocimientos hasta llegar a estar entre las veinte mejores orquestas del mundo según la revista Grammophone.
Al frente de la agrupación se situará su director Titular desde 1988 Yuri Termikanov, el único capaz, según expresan las críticas, de extraer el sonido tan claro y meticulosamente ordenado que caracteriza a la formación rusa.
“¿Cómo poder expresar por medio de palabras las sensaciones indefinibles que nos inundan en el momento de escribir una obra instrumental que no tiene en sí misma un propósito indefinido? Es un proceso puramente lírico. Una confesión musical, el secreto de un alma que pronta a estallar por los golpes de la vida, se derrama en sonidos en virtud de su esencia, tal y como el poeta lírico se expansiona en sus versos. La diferencia estriba en que la música posee unos medios expresivos incomparablemente más ricos y un lenguaje más sutil para dar vida a mil emociones diferentes.”
Chaikovski a Nadezhda von Meck. Florencia 17 de febrero-1 de marzo de 1878, al finalizar su Cuarta Sinfonía