“La idea de lo correcto y lo incorrecto no existe” en la Novena Sinfonía de Mahler, según el Director Principal de la Philharmonia Orchestra, Esa-Pekka Salonen. Una partitura en la que el propio Mahler se despide del mundo, con una elegía que celebra, teme, se mantiene erguida y se resiste a dar las buenas noches. “La Novena representa un gran desafío para el director, porque el propio Mahler, nunca la escuchó. Su forma de orquestar era muy práctica. Él conscientemente escribía de más en la partitura y luego, en los ensayos, eliminaba las líneas innecesarias. Para Mahler, la composición era un proceso continuo y por eso podemos considerar esta obra como inacabada” afirma Salonen sobre una obra que ha trabajado en gira y registrado con la Philharmonia Orchestra.